martes, 26 de octubre de 2010

Calaverita al maestro Hipólito

Estaba Hipólito leyendo la constitución
Cuando la huesuda se le apareció
por ser tan enojón al panteón
ya lo transportó. 
Todos en la escuela
alegres estamos,
abogados y alumnos
juntos festejamos. 
Entre flores y tumbas
a las calaveras demando
por sus risas y burlas
a unos fantasmas castigó. 
La muerte ya se enfadó
Y a Hipólito reprendió,
ahora tristes estamos,
pues nos lo regresó.  

Por Martha Aurora Martínez Gonzalez



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